aunque ya lo dejé

Publicado en

Si analizo la frase de cajón «sexo, drogas y rocanrol» debo confesar que las drogas nunca han sido mi tema, no he inhalado más que aire por mi chancha nariz (eso si, contaminado y lleno de smog…¡malo tendrá que ser!), tampoco drogas químicas, el éxtasis lo encuentro más fácilmente en el sexo y la música que en pastillas azules con forma de pato Donald, el licor me duerme luego de la segunda copa, y si no tiene buen sabor ni me acerco, no bebo para marearme o desinhibirme, prefiero seguir siendo reservado, aunque de vez en cuando un jack no viene mal, sobretodo en una sesión de grabación de voces para los atarbanes (una botella dura eternidades).

Si tuviese que confesar mis hábitos excesivos, no dudaría en hablar del sexo y el dulce, el azúcar hace estragos en mi, es más fácil verme con una pistola de plástico atracando una dulcería que una licorería, de eso no hay duda. En cuanto al sexo, sobran las explicaciones, es aún mas dulce que el azúcar morena que brilla en los labios de las mujeres… en fin.

Por fetiche aprendí a fumar, yo con mi vocecita dulzona quería cantar como los grandes del blues, y para eso están el bourbon y el cigarrillo, comencé con el lucky strike, sin filtro claro está (fumar con filtro es una contradicción), me gustaba hacer el protocolo gángster y pasarlos bajo mi nariz antes de incendiarlos para sentir su aroma achocolatado, por desgracia los dejaron de producir, ahora (¡¿por salud?!) todos vienen con filtro.

También acostumbraba el mejor tabaco rubio colombiano sin filtro, pielroja es la marca, el empaque es blando (como los fátima que aparecen en las novelas de Hammet), y el resultado se puede notar en las canciones que he grabado (las desafinaciones son mías, no las produce el tabaco), y aunque es evidente que no me acerco en lo más mínimo a mis héroes del blues de los cuarentas, el resultado no me disgusta del todo.

Ya no fumo un rompepechos cada tarde viendo los arreboles con un café sin azúcar (si, el café sin azúcar, a pesar de todo), mucho menos con mi hija a bordo, es cuestión de ejemplo, mucho menos ahora que planeamos hacer unas grabaciones de canciones infantiles con el estilo de los atarbanes, sin embargo aunque lo dejé en ciertas ocasiones lo extraño.

Acerca de goldepenal

Un hombre de textura gomosa, gelatinosa y comestible. Nom nom!

Los comentarios están cerrados.